miércoles, 26 de febrero de 2014 | By: HRPC

La Candidata Desinformada

¿Que tal les ha parecido este blog?

Les juro con mano y todo que cada una de las historias que les comparto son reales. Mis historias son buenas, pero tengo muchos colegas que pasan situaciones parecidas a las mías.

Mi buen colega el Dr. Vera me envió este escrito, se que será de su agrado, pero advierto..tome las medidas necesarias por que la risa puede afectarle.

La Candidata Desinformada

                Hace aproximadamente unos cuatro años, estuve ejerciendo las funciones de reclutador (interino) para la  compañía en la cual trabajo, por necesidades del negocio.  No solo estuve reclutando candidatos externos, sino que también la compañía estaba considerando regularizar algunos empleados que habían estado trabajando como empleados temporeros por algún tiempo.
                
                Para dar un poco de contexto a mi historia, trabajo en una compañía Nacional con presencia en la mayoría de los Estados de EUA y en Puerto Rico.  La mayoría de ustedes sabrán que este tipo de compañía cuenta con departamentos grandes de Informática y Tecnología, a los cuales usualmente les hacemos referencia como “IT” -  por sus siglas en inglés (“Information Technology”) – y lo pronunciamos también en inglés (fonéticamente algo así como “ai ti).

A continuación verán parte de mi diálogo con la candidata al comenzar su entrevista conmigo:

Yo: “Buenos días, Sandra (nombre ficticio), ¿cómo se encuentra usted hoy?”

Sandra: “Muy bien.”
Entonces, considerando que la candidata había sido empleada temporera por aproximadamente un año y medio, quise comenzar mi entrevista evaluando su conocimiento sobre la compañía y cuan familiarizada estaba con la cultura de la misma.

Yo: “Sandra, has trabajado con nosotros por aproximadamente un año y medio.  Cuéntame, ¿qué has aprendido sobre la compañía al momento? ”

Sandra: “Pues, la compañía es bien sólida…  Trabajamos estos servicios (menciona algunos de los servicios), tenemos presencia en los Estados Unidos y en Haití…”
Con esto último que dijo, perdí absolutamente mi concentración y comencé a sentirme como el peor de los empleados.  En aquel momento, ya había cumplido cuatro años en la compañía y ¡no sabía que teníamos operaciones en Haití!
Continúa el diálogo…

Sandra: “¡Ay, Señor Reclutador, con lo del terremoto yo me puse bien nerviosa! - ¿Recuerdan el terremoto de Haití registrado el 12 de enero de 2010?) -  ¡Me dio tanta pena pensar en nuestros compañeros que trabajan allí en Haití!  ¡Qué angustia para ellos en las oficinas mientras Haití temblaba!“
Cada vez me sentía más confundido…

Sandra: “Y en mi Departamento aquí en Puerto Rico que a cada rato los escucho decir que tienen que llamar a Haití para que les configuren sus computadoras y para solicitar servicios…  ¡Ay qué pena me da!”

Fue en ese preciso momento que entendí la confusión de la candidata y me sentí en la necesidad de interrumpir su relato de angustia…

Yo: “Sandra, solo para clarificar, cada vez que escuches a alguno de nuestros empleados decir que tienen que llamar a Haití, a lo que se refieren es que tienen que llamar a IT, el equipo de Information Technology, que están ubicados aquí mismo en este edificio. La compañía no tiene operaciones en Haití, por lo que, no te preocupes por nuestros empleados, pues, están todos a salvo y no tuvimos bajas.”

Solo les puedo decir que vi cómo en cámara lenta su rostro de desfiguraba (posiblemente de la vergüenza) y cómo su cuerpo, el cual estaba sentado en una buena postura erguida inicialmente, se escurría por la silla como la “Persistencia de la Memoria” de Salvador Dalí.


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